Nunca es demasiado tarde. Podemos corregir la posición de los dientes a cualquier edad. Hemos tratado satisfactoriamente a niños y a adultos de todas las edades.

Siempre se puede mejorar la sonrisa de alguien. Sin embargo, para proceder con un correcto tratamiento de ortodoncia, es necesario comenzar con dientes y encías sanas, libres de caries e inflamación.

Sin duda, la mejor edad para afectar el movimiento de los dientes y/o mandíbula es durante los años de crecimiento. Durante este período es fácil corregir los posibles defectos que presentan los pacientes.

Gracias a la evolución de materiales y a la aparición de nuevas técnicas, el ortodoncista es capaz, también, de tratar de una manera precisa a pacientes de cualquier edad sin que suponga ningún trauma por la duración o por el mero hecho de llevar colocado un aparato.

Actualmente, existe la posibilidad de colocar materiales con un componente estético muy alto, prácticamente pasan desapercibidos en la boca del paciente.

El tratamiento de ortodoncia con aparatos puede durar desde uno a tres años. Sin embargo, las anomalías posturales menores pueden durar solo unos meses.

El tiempo total dependerá de la gravedad del problema, la anatomía del paciente y su cooperación. En muchos casos, su ortodoncista le dará pautas a seguir para obtener buenos resultados en el tratamiento.

Una vez finalizado el tratamiento, es posible que le indiquen que use un retenedor (colocado en el interior del diente) para evitar que el diente vuelva a su posición original.

Para un buen diagnóstico del caso y para poder planificarlo en el tiempo hemos de tener en cuenta que el ortodoncista tendrá que realizar fotografías, radiografías o modelos de estudio para poder comunicar al paciente el diagnóstico y cuál es la mejor opción de tratamiento.

A pesar de todas estas pruebas, es importante tener en cuenta que una vez establecido, el tiempo de tratamiento puede depender de cómo responda el paciente a dicho tratamiento.

La asistencia adecuada a las citas de los expertos será otro factor a tener en cuenta si queremos que nuestras predicciones se hagan realidad. Si no puede asistir a una cita, reprograme lo antes posible.

La mayoría de los problemas que se tratan con ortodoncia son genéticos. Los problemas que se heredan con más frecuencia incluyen:

• Dientes apiñados
• Espacios entre los dientes
• Tener piezas de más o piezas de menos.

No obstante, hay un factor fruto de la evolución del ser humano que es común a todos. Hace millones de años, nuestras mandíbulas eran herramientas que podían usarse para una variedad de propósitos, como cortar ramas de árboles o masticar alimentos muy duros. Las personas modernas tienen mandíbulas mucho más pequeñas, por lo que hay menos espacio para todos los dientes y tienden a estar apiñados.

También hemos de tener en cuenta que los dientes están en constante movimiento debido a la remodelación ósea que sufren nuestros maxilares. Un adulto joven que haya finalizado su crecimiento y con unos dientes perfectamente alineados, no necesariamente los tendrá de la misma manera el resto de su vida.

Una revisión periódica por parte de un especialista que evalúe los pequeños movimientos de nuestros dientes será fundamental para que estos movimientos puedan resolverse fácilmente cuando se produzcan.

Tanto adultos como niños pueden someterse a un tratamiento de ortodoncia.

Sin embargo, es cierto que algunas patologías de ortodoncia son más fáciles de tratar si se cogen a una edad más temprana cuando la mandíbula y el maxilar aún están en fase de desarrollo. Por lo tanto, se recomienda visitar a un experto en ortodoncia alrededor de los 7 años para empezar a planificar.

Cada vez más personas se dan cuenta de la importancia de una salud dental perfecta. El hecho de que tus dientes estén correctamente alineados no solo marcará la diferencia desde el punto de vista estético, sino que también marcará una diferencia funcional.

Gracias a nuevas técnicas y materiales existentes, el ortodoncista es capaz de corregir grandes defectos también en la edad adulta.

Evite los alimentos duros que pueden dañar sus aparatos y hacer que se caigan. Del mismo modo, debemos intentar evitar ciertos hábitos como morderse las uñas. Cada vez que el bracket se daña, se requiere una visita a un ortodoncista y el tratamiento puede extenderse.

Su ortodoncista le proporcionará un conjunto de herramientas y pautas de higiene para el cuidado de su aparato. Además de los tratamientos indicados, los pacientes portadores de aparatos dentales pueden llevar una vida completamente normal que no se diferencia significativamente de la de las personas que no los llevan.

Estos pacientes deben llevar un cuidado más exhaustivo, si cabe, con la limpieza de los dientes, ya que estos aparatos tienden a retener suciedad, por lo que deben estar alerta para evitar la formación de placa dental. Los chequeos regulares son muy importantes para que el ortodoncista mantenga todos estos parámetros bajo control.

En caso de aparatos removibles, los cuidados son básicamente los mismos que los fijos, con la diferencia de que el paciente podrá lavarlo y limpiarlo fuera de la boca.

Rotundamente SÍ. Hay dos consideraciones: la salud y la estética.

Mantener una higiene adecuada es aún más difícil cuando los dientes permanecen torcidos. En el futuro, esto puede provocar caries, enfermedad periodontal o pérdida de dientes.

Hay ciertos aspectos de la ortodoncia que, si no se tratan, pueden provocar desgaste o erosión de las superficies de los dientes, masticación deficiente, tensión en las encías y los huesos o maloclusión, lo que puede provocar dolores de cabeza y dolor de cuello. Además de los problemas de salud, una sonrisa atractiva tiene claros beneficios cosméticos. El tratamiento de ortodoncia puede mejorar no solo la apariencia de los dientes, sino también los labios y la cara. No debemos infravalorar la influencia de una bonita sonrisa en nuestra autoconfianza y en el desarrollo de relaciones personales y profesionales satisfactorias.