Cuando nos hablan de los cordales o terceros molares, es posible que no conozcamos de qué piezas dentales se trata; sin embargo, si ya nos aclaran que estamos hablando de las “muelas del juicio”, la reacción siempre suele ir acompañada de un escalofrío. Y es que este cuarteto, y en particular su extracción, suele ser una de las dolencias más temidas y que peor «fama» tiene entre la mayor parte de la población.

CUÁNDO SACARLAS

Coloquialmente conocidas como «muelas del juicio» en relación a la edad en la que  aparecen, entre los 17 y 25 años,  estas piezas son las últimas que salen en la boca adulta. Hay personas que no llegan a desarrollarlas nunca, pero entre las que sí lo hacen, suelen estar acompañadas de una serie de contratiempos que, en un alto porcentaje, se solucionan con la extracción. Esto es debido a que el tamaño de nuestra mandíbula se ha ido reduciendo a lo largo de los siglos y ya no queda sitio para estas muelas, sobre las que muchos antropólogos apuntan que son un resquicio de nuestros antepasados.

Decidir acerca de si hay que extraerlas o no requiere un análisis exhaustivo por parte de su dentista, que valorará sus circunstancias. Normalmente aprobará quitarlas si el tamaño de su mandíbula no es lo suficientemente grande para dar cabida a estas piezas; si están provocando apiñamientos al intentar salir sin espacio; si causan infecciones al no poder emerger completamente, haciendo que la encía crezca parcialmente; o porque tienen una mala posición o se disponen en un ángulo incorrecto, lo que impide el adecuado funcionamiento de la articulación de la mandíbula y con ello dolor.

CÓMO SE REALIZA LA EXTRACCIÓN

La intervención se lleva a cabo habitualmente en la consulta dental, cuando el especialista se haya asegurado de que no existe a ningún tipo de infección bucal, y si fuera el caso, después de su eliminación completa. De cualquier manera, es recomendable el uso de antibióticos varios días antes para prevenir cualquier tipo de infección derivada de la extracción. Así mismo, lo más recomendable en el caso de extraer las cuatro muelas, es hacerlo de dos en dos, primero las de un lado y después de unas dos semanas mínimo, las del otro.

Se realizará con anestesia local, con lo que el paciente apenas sentirá una pequeña presión al tirar de la pieza, es posible que necesite algún punto de sutura, aunque si la extracción ha sido limpia lo único que llevará es una buena gasa con algodón que deberá mantener presionada al menos una hora, junto con una bolsita de hielo para evitar la inflamación.

CUIDADOS POSTERIORES

Las horas inmediatamente posteriores son las más importantes; es necesario guardar reposo y evitar ingerir alimentos calientes. Si al retirar la gasa pasado el tiempo prescrito, sigue sangrando, puede colocarse otra y repetir la operación de mantenerla presionada. Hay que evitar enjuagarse y escupir, pues se retarda la creación del coágulo que dará paso a la cicatrización y pondrá fin al sangrado.

Es las primeras 12-24 horas, es conveniente no hacer esfuerzos ni ejercicio y dormir con la cabeza elevada, con ayuda de dos almohadas. Los alimentos que se ingieran, que sean templados o fríos, y mejor sin masticar demasiado. Tras 24 horas y siempre que no sangre, se puede empezar con pequeños enjuagues de agua y sal 3 o 4 veces al día para favorecer  la curación.  Transcurridas 24 -36 horas de la extracción y sin sangrado, se debe continuar con la higiene dental habitual. Si hubiese puntos, su dentista le indicará el día para quitárselos en la clínica.

Si las muelas del juicio le dan problemas, no deje que le arruine la sonrisa; no lo posponga más y déjese aconsejar por nuestros especialistas.